miércoles, 13 de octubre de 2010

Hacia FISTERRE...



Décimo Junio Bruto, además de general y político romano. Fue un gran viajero. Nunca llegó a estar al nivel de los grandes de la historia, pero si logró en su currículum algunos hitos. El “Gallaecus” como fue llamado después, era un aristócrata de una importante familia, de la cual su hermano, es sindicado como uno de los tres fundadores del derecho civil romano. Fue educado en tradición militar, y con profundas enseñanzas en las artes y humanidades.

Este hombre fue el primero en trasladar legiones romanas para la conquista de los territorios del actual norte de Portugal y de España. Uno de los momentos culmines de sus travesías, ocurre con el mítico río Lethes, el río del Olvido (Río Limia en el actual Orense). Se decía que cruzar sus aguas, producía una amnesia total, que te hacía olvidar tu patria y tu identidad, condenándote a un eterno vagar sin rumbo. Para él en cambio, fue la demostración viva de su valentía y el encuentro con lo mejor de si mismo. El Gallaecus, enfrentando la leyenda al ver a sus tropas paralizadas por el miedo y tan lejos de sus territorios, decide cruzar solo sus aguas. Al llegar a la otra orilla, comienza a gritar los nombres de los soldados que se encontraban aun anonadados mirando su osadía, para que estos vieran que su lucidez estaba intacta, y podía recordarlos sin dificultad. A través de este acto, el ejército se enfrentó a esta leyenda, logrando llegar a territorios más lejanos e inexplorados que muchos otros en esos tiempos (Cerca del 130 A.C.)

POR UN LADO ESTA LA META...;

Fue este mismo hombre quien al llegar a una zona muy occidental de la península ibérica y sorprendido por la visión del sol escondiéndose en el mar, decide nombrar aquel lugar, como Finis terrae, el fin de la tierra. En una época en que se creía que la forma de la tierra era plana, la sorprendente imagen de la gran bola de fuego, desapareciendo en el horizonte, debe haber enmudecido sus legiones. ¿En quien habrán pensado en esos lejanos parajes? ¿En quien pensaremos la Fran y yo en ese lugar?

Aquel rincón de Europa, será nuestra meta. El fin del mundo. El fin de nuestra travesía y de la de muchos otros que tras largos VIAJES, encontraron en ese lugar el silencio liberador del fin del camino.

...POR EL OTRO, EL CAMINO...;

El camino de Santiago, también conocido como la ruta de las estrellas, por seguir la dirección de la vía láctea, es la ruta que muchos han seguido por un sueño, por respuestas, por aventura, por mística y espiritualidad; y la mayoría de los que lo recorren, tienen como fin último, Santiago de Compostela. Para otros, fisterre es el objetivo. Para nosotros esa vía Láctea es nuestro rumbo. Es el camino al infinito y a la inmortalidad del espíritu joven, del espíritu viajero, del espíritu soñador. La mitología maya veía en la vía Láctea, a una gran serpiente blanca que se deslizaba por el cielo y la azteca, encontraba en el sol, el águila que día tras día se devoraba a la serpiente. Nosotros en el fin del camino, veremos esa lucha, pero la serpiente será esta vez quien gane la batalla. No la serpiente del génesis, no la serpiente traidora, no la serpiente que te quita el oxigeno estrangulándote, sino aquella que tras una grave lesión en la rodilla, no claudicó y decidió llegar, aun que sea arrastrándose para alcanzar el infinito, para alcanzar un sueño.




"Ten confianza; no en sabios, aun que sean de verdad. Ni en alcaldes, curas ni policías. No en dioses ni diablos, ni en maquinas ni en banderas; ten confianza en ti mismo" Fernando Savater

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