viernes, 10 de junio de 2011

Y se nos va Europa...




¿Sabrán las personas con las que hemos compartido, lo receptivos que la Fran y yo estamos? ¿Sabrán la importancia que tiene para nosotros el compartir con ellos? Al vernos caminar por las calles de los distintos paises ¿Se imaginará la gente que dejamos todo para salir a viajar por el mundo?¿Entenderán la relevancia de esta travesía para nuestras vidas? ¿Sabrá Nayla cuanto tocó el corazón de la Fran con sus palabras? ¿Se imaginará Andrea la felicidad que me producía acompañarlo a trabajar y aprender de las abejas? ¿Sabrá el mundo que el día a día es para nosotros el sueño que nos atrevimos a perseguir?...

Ya se fueron 3 meses desde que dejamos nuestras casas en Chile. La locura que un día cualquiera se nos metió por la cabeza, se ha ido dibujando en el suelo y el camino ha sido nuestra surrealista aventura cotidiana. No ha habido un solo momento de arrepentimiento y cada jornada ha sido la "chispa adecuada" para dar vida a mas y mas proyectos y sueños. Hemos visto a gente que como nosotros se lanzaron a proyectos locos, y los alcanzaron con convicción pese a las palabras pesimistas de aquellos que intentaron persuadirlos para perseguir una ilusa seguridad. Todos escucharon los consejos para sentar cabeza (y por suerte niuno de ellos los tomó enserio). Aprendí que la fidelidad a tu ética, a tu método, a tu ideología, tiene mucho mas valor que la volátil satisfacción del éxito y el dinero, y que el poder de un argumento radica en alguien que esté dispuesto a defenderlo con convicción y rebeldía.

Por otro lado, puedo afirmar empíricamente que es posible viajar por Europa con un presupuesto de 20 usd diarios sin dejar de hacer nada y por el mismo motivo, haciendo mucho mas. Que en 90 días viajando, uno se da cuenta que los monumentos empiezan a aburrir, y eso te lleva a traspasar la primera capa y a empaparte de la gente, la comida, los olores, la profundidad. Que hay lugares de los que uno se enamora sin que sea su relevancia o belleza el motivo (feeling puro). Que habiendo nacido muy lejos, eres capaz de mimetizarte en su paisaje por que calza a tu piel.

Desde la última entrada que dejé en este blog han pasado muchas cosas. Viajamos por la isla de Sicilia, nos empapamos del hedor y personalidad de Napoli (y sus pizzas obvio), nos perdimos por las calles de roma y nos trasladamos al pasado en ella. Trabajamos en un paraíso en la Toscana, brindamos en el bar de Donini y después nos movimos como locos por Viena, Budapest y Praga...Vivimos experiencias que quedarán clavadas en la piel. Nos movimos en trenes, barcos, micros, metros y caminamos, caminamos, caminamos. Hicimos nuevos amigos, embotellamos vino, nos bañamos en playas paradisiacas, lloramos de la risa, comimos de tooodo, hablamos inglés, alemán y castellano. Nos comunicamos en italiano y balbuceamos unas dos o tres palabras en idiomas incomprensibles. Aprendimos nuevas recetas de platos típicos, plantamos árboles, cocinamos pizza en un horno a leña gigante, nos sacamos fotos para salir en la publicidad de la opera de Frankfurt. Conocimos escritores, fotógrafos, compositores, campesinos, viajeros y empresarios. Lo pasamos la "raja"...también nos cansamos aveces, tuvimos una que otra discusión y nos perdimos mas de una vez intentando decifrar una señal en húngaro. Dormimos pésimo en mas oportunidades que los dedos de una mano y fallaron nuestros planes cientos de veces...3 meses que vivimos al máximo.

Ya estamos a 2 días de partir a Asia y solo puedo intentar transmitir la experiencia bellísima que hemos tenido y lo feliz que estamos con la Fran de habernos lanzado a viajar pese a los infinitos miedos que suelen paralizarnos aveces...

Y mientras tanto, que siga la ruta...

miércoles, 11 de mayo de 2011

Inglaterra...como en casa



Lo que en un principio no partió muy bien, fue tomando color día tras día.

Las primeras jornadas en inglaterra, mas allá de deambular por Londres y Norwich, lo que en realidad hacía mi cuerpo era quejarse con fuertes dolores de estómago y una fiebre que subía al mismo nivel que la preocupación...Yo trataba de poner cara de foto y disimular lo mal que me sentía para evitar que la Fran se preocupara (al mejor estilo "teatro Scheuch"), pero los casi 40° de fiebre, con las mochilas en la espalda, buscando hostales donde quedarnos, no ayudaron mucho a disminuir las sensaciones...

Osea entre mis primeras visitas a monumentos y atracciones, estuvo la de un no muy atractivo hospital universitario. Horas tuve que esperar para que me dieran paracetamol (que ya me había tomado como 100) y otra mas para que me pusieran suero y me dijeran que era un virus; "puedes irte tranquilo a tu "casa" y reposar por unos días"...Como no me salía tan barato irme para allá, decidí cuidarme del virus al modo casero, y partir rumbo a nuestro siguiente trabajo...

Desde ese mismo día las cosas empezaron a cambiar. Steve, un tipo de los de antaño, con el honor y la justicia por sobre cualquier principio, nos recibió en su casa y nos enseñó cada minuto que trabajamos con él. Nos compartió su mesa, sus comidas, conocimientos de campo y conversaciones que quedarán en la memoria...Nos jugamos cientos de match de pin-pon y nos metimos con armadura a abrir panales de abeja buscando reinas.

Fueron dos semanas extraordinarias que se aprovecharon al máximo.

Después vino una segunda oprtunidad para Londres y esta vez no desentonó. Al parecer el excelente clima podía hacer maravillas en un país del que se suele decir que es frío. Toda la gente tomando sol en las plazas llenas de flores.

Recorrimos cada rinconcito que encontramos. Vimos la casa donde vivió la mamá de la Fran y sentimos su historia. La imaginamos corriendo para alcanzar el bus o los olores que sintió, que probablemente eran los mismos que hoy refrescaban nuestro olfato.

La segunda experiencia en un campo inglés, esta vez al oeste del país nos empapó de la vida familiar de nuestros anfitriones. Trabajamos duro en la huerta, cosechando espárragos y construyendo cosas con madera, pero como pago, teníamos una cabañita en medio del bosque, comidas hechas con tanto cariño y por Juliette, que nada tenía que envidiarle a cualquier chef reputado de algun lugar del mundo.

Otra vez nos fuimos de ahi sintiendo que abandonabamos un lugar que ya era un poco de nosotros. Que todos esos alimentos y árboles que plantamos en inglaterra, crecerían como evidencia de nuestro paso...

Las despedidas siempre son lo peor de emprender nuevas aventuras. Y la de Juliette fue especialmente emotiva.

Sin ningun deber, nos invitó a ver el espectáculo de la naturaleza lleno de "blue bells", unas hermosas flores que repletan los bosques, recostando una alfombra azul a los pies de los árboles. Compartimos deliciosos picnic con ella y sus hijos. Sus relatos de su año viajando por sudamerica, o el ciervo, cordero o brownie que me hace agua la boca al recordar...

Como suele hacerse en las películas, nos acompañó al tren, nos dio un enorme abrazo y cual hijos que se van de su hogar, nos sacudía la mano con su rostro lleno de sentimientos, hasta que desaparecimos en el horizonte...nosotros nos ibamos tras él.

Última parada en Londres y de hotel el aeropuerto...Nos llevamos de Inglaterra mas que sus bodas reales e inmensos monumentos...nuevas familias, nuevos amigos y una etapa mas que pasa llena de aprendizaje.

Hoy desde Italia escribo ese mes que pasamos en Inglaterra, y con dos meses de viaje póximos a cumplirse, siento mucha felicidad de la decisión que tomamos con la Fran de salir a viajar.

Me parece que cualquier persona que termina de estudiar una carrera sin pasión, le viene bien una sobredosis de emociones fuertes, que remecen principios y renuevan ánimos. Tuve que pasar por las aulas de derecho, para darme cuenta cuales son las leyes que ami me mueven. No es acuchillandome el cuello con la corbata como quiero vivir, ni endiosando seres serios y faltos de sabor...es mi camino el que me va mostrando cual es la mejor meta.

Good night England,...buongiorno Italia...

lunes, 11 de abril de 2011

España en la memoria



(uno de los ricos pancitos para el desayuno que hacian entre la Fran y la Camille)

Cuando pensé la idea del blog, tenía claro que su finalidad era transmitir las vivencias de manera rápida y fluida. Primer fallo de cálculo.

Además de eso, creí que lo que escribiera, iba a serle útil a todo aquel que se animara a recorrer los mismos lugares por los que nosotros hemos pasado. Segundo fallo de cálculo.

La verdad es que no funcionó ni lo uno ni lo otro, simple y curiosamente, porque no tengo tiempo. Es una gran paradoja, pero el estar moviéndose constantemente, te da pocos días muertos en que uno pueda dedicarse a escribir en el blog (a diferencia de mi cuaderno de viaje, que lo tengo más rayado que dibujo de la Nachita, por poder usarlo en buses, estaciones, aeropuertos, etc.).

Por lo mismo, tomé la decisión de utilizar este espacio, ya no para contar como se va de un lugar a otro, sino que, para expresar las sensaciones de viajar sin tener cercana la fecha de regreso. El ser un nómade, conocer personas nuevas todos los días y nunca estar quieto. (jajaja que desvergonzado, nunca di ni un dato en realidad, y siempre lo hice de la forma en que ahora lo describo).

La cosa es que España se acabó (al menos por ahora) y ya que esos 22 días terminaron, se puede hacer un recuento de lo que ese país nos dejó, le dejamos y extrañaremos.

Hay una cita de Pere Casaldáliga que transcribo; “Al final del camino me preguntarán: - ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré mi corazón lleno de nombres.”

Creo que detrás de estas palabras, se refleja de la mejor forma, lo que significa, al menos para nosotros, un viaje.

Ya España no es un país de la península ibérica, o un miembro de la unión Europea. Hoy España es; la pasión con la que Isabel amaba a su país, las miles de piedras armadas por diferentes civilizaciones que hoy se conservan o se perdieron en los diferentes rincones de su territorio. Es los campos de trigo y avena que inundaban las laderas en Andalucía. Es el conocimiento y amor por la naturaleza que nos transmitieron Rafa y José. El multicultural país que nos permitió hacernos amigos de una belga con el alma diáfana y abierta. Es todas esas personas anónimas que nos ayudaron a encontrar una dirección, nos saludaron, se rieron con nosotros o se burlaron de algún chilenismo que se nos escapó por la confianza. España es aceite de oliva y pan con tomate. Es la dedicación y significancia con la que Fernando cocinaba una paella, o la sonrisa fácil y la entrega desinteresada de Lourdes. España es música en cada esquina y es también esa gallina que aleteaba mientras yo la tenía de las patas.

Por otro lado, fue un gran aprendizaje para nosotros mismos. Enfrentarnos a situaciones tan variadas, hacer con fuerza eso que teníamos miedo y hasta reírnos de lo que antes nos hubiera avergonzado.

Aún es muy poco tiempo el que llevamos en esta travesía (1 mes), pero viajando, ese tiempo equivale a varios años en nuestras rutinas de antaño.

Por otro lado, no solo estamos disfrutando en el día a día lo que va ocurriendo (que es hoy lo mas nos revoluciona), sino que estamos construyendo un castillo, piedra a piedra, para que un día de viejos, veamos con honor todas esas cosas que nos atrevimos a hacer. Estamos dentro del sueño.

He descubierto también que Madrid y Barcelona son extremadamente diferentes, pero inmensamente hermosas. Que no viviría en ninguna de ellas, pero se lo recomendaría a todos. Que Sevilla se unió a mis ciudades favoritas del mundo (que fuera de Chile, aun ni llenaban el podio con Baires y Bremen). Que Granada y Toledo son dos joyas de la historia y que solo pasear por Andalucía, te puede hacer alucinar con lugares como Ronda, Zahara de la Sierra o esas montañas rasguñadas por el tiempo, que me ayudaron a darme cuenta que no solo se trata de ciudades y monumentos.

Ya llevamos una semana en Inglaterra, y desde acá España se ve colorida y calurosa. Y sin duda dejó huella. Mientras tanto, nosotros seguimos rodando por un buen tiempo.


(un significativo lugar donde estuvieron antes de partir en sus travesías Colon, Magallanes y Elcano, quien también estuvo al volver de la primera vuelta al mundo)

martes, 22 de marzo de 2011

La primera semana en España







Ya se cumple una semana desde que partimos de Chile. Recién estamos comenzando, pero ya en estos días nos hemos empapado de infinitas experiencias, conocido hermosas personas y aprendido sin parar.

Ahora ya nos encontramos instalados en un campo en Andalucía. Se está muy bien acá. La naturaleza es hermosa y estamos muy bien acompañados. Además de la Fran y yo, esta Camille, que es una belga muy entretenida y simpática. Rafael, que es el dueño del fundo y José, que trabaja con él y es la persona más andaluz que uno pudiera imaginar. Ropa, forma de hablar, costumbres, etc. Si hasta canta flamenco…

Los días que estuvimos antes de llegar acá, la verdad es que nos movimos todo el tiempo. Al regreso a España conoceremos Madrid en mayor profundidad, por lo que ahora hicimos un barniz, caminando muuuuchas horas. Estuvimos en Toledo y Granada. La primera, de una arquitectura impresionante, mezcla de culturas y eso ha quedado reflejada en el lugar; iglesias, sinagogas y mezquitas. La segunda, Granada, es la ciudad más musical en la que he estado. En cada esquina hay desde vagabundos dotados de la guitarra, hasta amigos que con tambores hacen música en las plazas. Un día, mientras observábamos el Alhambra desde un mirador, se instalaron dos gitanos con unas mujeres, y empezaron con sus cantos desgarradores a cantar y tocar flamenco, mientras ellas, rompían el suelo a zapatazos “bailaores”. Esas son las típicas epifanías viajeras; música en vivo, puesta de sol sobre la ciudad anaranjandolo todo y un alhambra bellísimo al otro lado de la colina.

Hasta ahora, todo ha ido increíble, vamos cumpliendo con nuestro presupuesto, incluso más bajo de lo que habíamos pensado y sin limitarnos, mas que en pequeños detalles (no taxis y si micros por ejemplo), (no museos pagados y si museos gratis). Si hasta hemos comido paella, tomado vino, probado jamón serrano y queso de oveja, etc. No nos podemos quejar de nada. Estamos muy felices viviendo esta experiencia y aprovechandola con buena actitud en cada momento.

En Madrid nos quedamos donde Isabel, una persona excepcional. Profesora de inglés que goza compartiendo conversaciones y rica comida. Hasta vimos juntos una película del camino de Santiago de Compostela para empezar a inspirarnos. Fue nuestra primera experiencia en couchsurfing alojando y fue una maravilla en todo sentido.

Ahora en este campo, nos quedan unos 10 días. Lo seguiremos disfrutando y haciendo paseos por los alrededores. Por acá cerca, está lleno de esos famosos pueblos blancos en las colinas, y estamos muy cerca de la costa del sol, con hermosas playas. Para que decir Sevilla, que seguro la recorreremos y los cercanos parques de montañas y sierras.

Aún queda mucho por vivir y disfrutar, así que seguiremos en contacto…
“Un zaludo…”



martes, 15 de marzo de 2011

Un agradable intento fallido...

Después de hermosas despedidas familiares y con amigos, de arreglar los últimos detalles y de armar el cuerpo y la actitud para el viaje, hoy 15 de Marzo si que damos inicio a nuestro viaje.

Lo que parecía lejano, ya está aqui; nos vamos. Ayer nuestro sobrevendido vuelo a Europa, nos dio la posibilidad de retrasar el inicio de nuestra travesía en un día y beneficiarnos de la compensación que nos ofreció la aerolínea a cambio. A saber; un vuelo directo a Madrid en vez del que teníamos nosotros con 2 escalas, un voucher para canjear pasajes con Lan, y ricas comidas del gatsby...Ya está, un día más para aprovechar a los seres queridos, meter o sacar de la mochila eso que nos pareció a último minuto, y para darle un poco mas de fuerza a las ganas de partir la aventura...

Muchas gracias a todos los que nos dieron su apoyo, cariño, palabra de aliento, que se riéron con nosotros y compartieron nuestros planes como si fueran ellos mismos los que disfrutarían de este viaje.

Intentarémos con la Fran ir manteniéndolos al tanto de nuestros paraderos. También de las personas que vayamos conociendo y de las hermosas (y no tan hermosas también) experiencias que nos toque vivir...

Un abrazo grande...

jueves, 17 de febrero de 2011

No, no hay nada como eso...



No hay nada como una hermosa noche de luna llena. No hay nada como una buena película. No hay nada como un buen pensamiento, un gran sueño. No hay nada como poner el mapa en el suelo y caminarlo. No hay como recordar historias de niñez. Como llegar juntos a una meta con Migue o Covarruca.

No hay como volver a escuchar los cuentos de la nona Luz. No hay nada como sentir el aroma del campo (teniendo al Papi de la mano y a la Mami haciéndonos galletas o papitas con eneldo). No hay como un grito en la cumbre del provincia. No hay nada como abrazar a la a la Vale que es fuerza, que es juventud, que es ojos de agua, que es mi enanita. No hay nada como Buenos Aires.

No hay nada como ir con la Tati tras el pozo, cuidándonos, sabiendo que el resto de nuestra vida siempre iremos juntos tras ese pozo, siempre protegiéndonos aun que no lo alcancemos jamás. No hay nada como ver las manos de la Nachita que quieren aprehender el aire. Como respirar un amanecer de rocío. No hay nada como la humildad. No hay nada como abrir las puertas a la Cami y a Alberto. Nada como ser feliz.

No hay nada en el mundo como volar estando bajo el agua. No hay nada como ver a alguien sonreír (aun mejor si es reír). No hay nada como tener a la Fran entre mis brazos y sentir que nada le puede hacer daño si yo la cuido. No hay nada como perseguir animales en el pantanal, escribir anécdotas sobre la arcilla o discutir sin nunca ganar con el Enano, como nos inunda y ahoga compartirnos y compartir nuestras pasiones, mi partner.

No hay nada como mirar a mi madre y sin hablarle, saber que nos entendemos. No hay nada como ver a un cóndor planear. No hay nada como despertar todos los días.No hay nada como aprender de mi viejo a través del ejemplo, de la grandeza de sus gestos. No hay nada como silbar. Como cantar. No hay nada en este mundo como saber que en la familia de la Fran encontré mi segundo hogar.

No hay nada como escuchar al Tata recitar un poema. No hay como escuchar rugir al mar. No hay como sentarse a ver una puesta de sol. No hay algo como el esfuerzo de la Nona Gladys a través de la vida. No hay nada como viajar. No hay como llorar por amor. No hay nada como recordar los amigos que han quedado atrás. No hay nada como escuchar la montaña.

No hay nada como planear el futuro, y recordar el pasado con el guatón. No hay como reírse de uno mismo. No hay como un fin de semana con mi cumpa en Marbella. No hay nada como un asado en Chicureo o un primates. No hay como un clauseisi. No hay nada como amar, vivir y soñar...

No hay nada de nada que me haga más feliz que saber que tengo las fuerzas y ganas para seguir aprendiendo, amando, creciendo, viajando, haciendo familia, renaciendo. No hay nada por lo que cambiaría vivir mi vida.





martes, 14 de diciembre de 2010

Consejos e ideas de Rough guide.



Después de leerme la "rough guide" "first time round the world", salieron algunas ideas que fui marcando, que si no son hoy, me parece que en algún momento de mi viaje, y el de las personas que se aventuran a travesías como estas, pueden ser útiles.

- "El 90% de tus experiencias de viaje, serán por la gente que conoces, el clima, aventuras espontáneas y pequeños descubrimientos culturales que harás en el camino".

- "Anda a países donde puedas practicar una segunda lengua, aun que antes de ir, apenas sepas leer un menú. Una vez que empiezas a usar el lenguaje, a mirar alrededor y tratas de descifrar las palabras o comunicarte, la curva de aprendizaje, apuntará rápido hacia arriba".

- "En vez de pensar que quieres ver, es mejor pensar que quieres hacer. Aprovecha el viaje para recolectar experiencias, no postales".

- "Viajar no es lo mismo que estar de vacaciones, así que date la oportunidad para relajarte. Cuando el cansancio llega, absorbe y procesa lo que has vivido. Un viaje largo te permite la flexibilidad de detenerte cuando lo necesites".

- "Si estas teniendo un buen momento, quédate. Si conoces a alguien interesante, quédate. Si te persigue la policía, escápate".

- "Viajando acompañado, uno puede hacerlo mas económico, es mas seguro médicamente hablando entre otras cosas. Pero sin duda lo mas importante es el apoyo moral para los interminables cara a cara con situaciones impensadas".

- "La clave para ahorrar en el camino, es no centrarse únicamente en los grandes gastos, sino que encontrar pequeños ahorros en cada paso del viaje".

- "Siempre será mas fácil viajar con el estilo que vives en tu casa, pero probablemente cambiar, y dejarte llevar por modos diferentes, seguramente enriquecerá tu viaje".

- "Ciertos viajes provocan un choque cultural. Cambia todo, lo que comes, dices, hueles y escuchas, y todo al mismo tiempo. El efecto puede asustar, especialmente amplificado por aburrimiento, aprensión de salir de casa, fatiga de viajar o enfermedad. La tendencia será querer volver inmediatamente a casa. Pero si te das tiempo, eso pasará y podrás disfrutar enormemente".

- "Para combatir el choque cultural, hay que verlo como lo que es; una reacción sensorial exaltada por lo extraño del medio. Por lo mismo, ve lo que representa; estas teniendo nuevas experiencias, nuevas visiones y perspectivas. ¿que tan malo puede ser eso? Utiliza el nervio y conviértelo en energía positiva. Que no te paralice, solo debes salir y explorar".

- "Piensa que eres un invitado en un país extranjero. Se un buen invitado y se agradecido. Viaja con mente abierta y el deseo de aprender. Enfrenta y resuelve conflictos con una sonrisa".

- " Anda mas allá de la calle de los resorts. Esfuérzate en conocer al menos a una persona que no quiera venderte algo".


Muere lentamente...

Hay un bello poema que entra directo al diagnóstico que seguidamente hacemos de nuestras vidas, sin intentar remediarlo. Es un bello pensamiento viajero que erróneamente se le ha atribuido al gran poeta chileno Pablo Neruda. En realidad nunca fue escrito por Neruda, si no que por una brasilera llamada Martha Madeiros. Independiente de quien lo escribió, posee bellas e inspiradoras reflexiones para un viaje como el que vamos a hacer con la Fran, y un llamado de atención para quienes se estacionan en la monotonía diaria.


"Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música,quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca,no se atreve a cambiar el color de su vestimenta o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,justamente éstas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien no gira el volante cuando está infeliz con su trabajo, o su amor, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir atrás de un sueño. Quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida, huir de los consejos sensatos...

¡Vive hoy!¡Arriesga hoy!¡Hazlo hoy!¡No te dejes morir lentamente!¡No te impidas ser feliz!"

lunes, 13 de diciembre de 2010

Faltan 3 meses...




Ahora que el Viaje se avecina, y que las piernas tienen su propio corazón. Ahora que el sendero se tendió a mi lado y que la lluvia gotea a color, descubrí que desde la cumbre de un cerro, pequeñas son las miradas de los hombres. Que sentado en el sol, los glaciares parecen hervir. Descubrí que desde la puerta de un laberinto, lejana parece la libertad y que con la vista en el horizonte, interminable parece el camino.

Hoy en cambio, que el mapa esta desplegado a mis pies, puedo respirar la mirada de los hombres (y de los dioses, de los demonios, de las golfas, de los perros callejeros, de los gatos negros). Puedo comer los hielos glaciales (y los sueños, la vida, el reloj, el aire, el pan). Puedo palpar la libertad, (y el agua, la piel, el barrio, la respuesta, el canto, el grito). Hoy puedo andar el camino (y el barro, el polvo, la sangre, la saliva).

Hoy puedo al fin amar al cerro, al sol, al laberinto, al horizonte…puedo amar el mundo que crece bajo mis pies y ami que me fundo en el.



"No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies." (Robert Louis Stevenson)

martes, 7 de diciembre de 2010

El fin de un ciclo...





Hace algunos días completé el ritual que ponía fin a un ciclo. Miles de hojas que durante mi periodo universitario fueron pesando en mi espalda y que el último año de preparación para mi examen de grado, casi lograron tumbarme al suelo, caerían a la hoguera, al fin sin rencores ni olvido, pero con la superación de una puerta que se cierra. No se trata de ganar siempre, a veces son cumplir con objetivos trazados, y sacar mi carrera de derecho adelante, era una de ellas...costara lo que costara...

Tomé todas las leyes, encendí la fogata y a medida que esta crecía, eché al fuego en medio de la noche, todos esos códigos, llenos de ciegos deberes. Eddie Vedder cantó "conozco las leyes, pero ellas no me conocen ami"...Claro que no...Se resistían a desaparecer, ardían como aquel recuerdo que no quiere ser olvidado. Hasta que las últimas letras se desfiguraron bajo la negrura y sus brazos naranjos.

Esta era la forma para empezar a construir destruyendo. Después de viajar por Perú, Chile, Bolivia, Argentina otra vez más, son nuevos aires (Buenos aires), que inflaman los pulmones de suaves suspiros, y al corazón de arduos latidos. No soporté mucho tiempo antes de que con mi hermano partiéramos otra vez y en medio de mi estudio rumbo a Bolivia y Brasil a empaparnos del pantanal y su fauna, del pantanal y sus secretos, del panatanal y su magia.

Poco a poco se encuentra la tranquilidad en el movimiento, el silencio en las imágenes, y yo, yo voy encontrando respuestas que me dejan mas dudas...El mapa se convierte en el laberinto de Bobbio...nunca llegamos al final, solo descartamos caminos...


viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Y la ruta?



Hace algunos días el calendario nos recordó que nuestra VIAJE se va acercando. Estamos a poco menos de cuatro meses de nuestra partida, y día tras día, es un poco mayor la ansiedad y las ganas de comenzar esta aventura. Es una experiencia que veíamos tan lejana y en un momento como cualquiera, teniendo la misma conversación que cien veces antes habíamos tenido, decidimos con la Fran que esta vez no era un juego, no era una ilusión, no sería mas un sueño; esta vez tomábamos la decisión en nuestras manos, y habiéndolo hecho, solo quedaba ponernos a trabajar en ello.

No hay muchas cosas claras en cuanto a la ruta. No por que no tengamos idea adonde vamos a ir o por donde queremos pasar. Es por que revisando una y otra vez (y aun sin si quiera partir), los planes han ido cambiando. Cada vez que imaginaba donde quería estar, las cosas que quería hacer o que me gustaría aprender, ingeniaba un nuevo recorrido que al final del día, ya había mutado dos veces. Llegó un momento en que por décima vez contándole a la Fran de un nuevo plan que se me había ocurrido, esta vez para conocer en mayor profundidad Austria, ella, riéndose a carcajadas, se dio cuenta que no podía tomarme muy en serio. Se divertía cuando le hablaba de las cosas para hacer en Polonia, o de lo entretenido que sería conocer Albania. Disfrutaba los relatos de Rumania o Montenegro, pero de ahí a convencerla que esos serían los países que íbamos a conocer…eso no.

Es claro entonces que una y otra vez nos cuestionamos si conocer muchos países en poco tiempo o solo un puñado, pero en mayor profundidad. Si aprovechar que estamos en tal o cual lugar para conocer los estados vecinos, o mejor dedicarnos a inmersarnos con la gente de un pequeño pueblo. Atracciones turísticas, o lugares sin tanto interés pero mas auténticas. Blanco o negro…ese matiz solo se dará en la medida que el viaje se vaya dibujando día a día.

Cosas claras; la Fran se va a encargar de sorprenderme organizando los primeros 25 días de nuestro viaje en España, y yo de sorprenderla organizando 25 días en Italia antes de nuestro vuelo a Asia. Otra; que tenemos un vuelo a Madrid el 15 de Marzo y a Bangkok el 12 de Junio (por razones de estadía máxima por acuerdo de Schengen). ¿Mas que eso? Poco…

En conclusión, cuando mi queridísimo hermano el enano me pregunta donde voy a estar en tal o cual fecha, o mi hermana preciosa Tati quiere que le cuente de la ruta…puedo prometerles que lo hago encantado. Pero puedo asegurar también, que no voy a estar en la fecha que les dije, ni en el lugar que les conté…firmado. Ahora…si deciden ir a visitarme, ahí si que me organizo para estar en el lugar acordado :O)

"Tiempo ha, cuando los hombres atrevesaban el mundo a pie, o a caballo, o en nave, el viaje los iba acostumbrando a los cambios (...)" Ryszard Kapuscinski



martes, 26 de octubre de 2010

¿ Y quien soy yo?



El escribir sobre nosotros mismos es una tarea que pocos han logrado hacer con calidad. Las autobiografías nunca fueron un género que me apasionara, y tan solo salpicar unas palabras sobre mi persona, hacen tambalear todo afán de transformación. Siempre me he sentido un imperfecto en movimiento, y plasmar una descripción, me atemoriza.

Hace algunos años, en una entrevista que se le hizo al médico y escritor Beltran Mena, escuché una idea que me quedó dando vueltas. Luego de escribir un hermoso libro de viajes (Tubab), fue invitado a un programa a hablar de esa travesía. Ante la pregunta de su motivación a internarse en el continente negro siendo un joven recién egresado de la universidad, manifestó la idea del “uno mismo” como un líquido. Estando en tu entorno habitual, ese líquido que somos nosotros, no se puede expandir y repartir como queremos, ya que se encuentra en un recipiente que lo contiene. La rutina, las obligaciones, tu casa, barrio, ciudad e incluso tu país, te limitan en la expresión de tu ser. (Mas tarde, el concluiría que sin importar el recipiente, seguimos siendo iguales por un carácter que no es voluble. Sin hacer aun la prueba empírica, me resisto a llegar a esa conclusión.)
Es por lo mismo, que cualquier relato que pueda hacer hoy en día, será más bien una descripción del envoltorio, una foto de un momento determinado, y no un ensayo sobre el líquido; sobre la esencia.

¿Qué es el viaje? Es la instancia para que, sin ruido, pueda tragar, escupir, masticar, oler, evaporar, moldear, endurecer y derretir el líquido. Es reinventarme y conocer la oscuridad de mis rincones.

¿Quién soy yo, hoy? Una persona soñadora, tímida y alegre. Soy un hombre con la fortuna de nacer en un hogar cálido, un refugio inexpugnable. Un estudiante del montón, un deportista amateur, un egresado y licenciado en las frías leyes. Un amante de mi novia, un crítico de todo y un miedoso de lo desconocido. Un escalador y corredor desempleado, y un viajero a la fuerza. Soy mal genio, pero respetuoso, adicto a la estética y a vivir bien. Admiro al ser humano en todas sus expresiones, y veo a “dios” en cada manifestación de la naturaleza. Soy ateo contra mi voluntad y creyente por decisión propia. Y sobre todo, soy un buscador; un poco ciego, un poco sordo, un poco torpe…pero uno infatigable…



" (...) Siempre seguí la misma dirección, la difícil la que usa el salmón (...)" Andres Calamaro

¿¿Realmente sabemos apreciar la belleza...??





El mundo está lleno de gente con sueños. En un blog viajero, Xavier y Carme, una pareja con un proyecto muy bonito y viajeros empedernidos, comparten un
experimento del diario "Washington post", que luego de leerlo, me permitió reflexionar profundamente al respecto. Me encantaría compartirlo sin mayores aclaraciones ni comentarios, con la finalidad de que cada persona que lo lea, pueda sacar sus propias conclusiones y perfilarse a través de ellas, en el modo en que apreciamos la belleza, y buscamos el gran objetivo de la vida; ser felices.

* la info fue extraída de la pagina: http://lavueltaalmundo.net/

Una fría mañana de Enero, un hombre vestido informalmente, con su gorra de béisbol, se dispone a tocar el violín en el metro de Washington. Son casi las 8 de la mañana, plena hora punta, y el vaivén de gente es continuo.

El violinista permanece durante 45 minutos interpretando sus melodías. Al cabo de ese tiempo, recoge sus cosa y se va. Durante esos 45 minutos, un total de 1097 personas pasaron por delante del violinista. De estas 1097 personas, tan sólo 7 se pararon a escucharlo, aunque la mayoría de ellas, tras un vistazo al reloj, acabaron marchando a toda prisa.

Pero aquel músico callejero no era un músico común. Era Joshua Bell, considerado uno de los mejores violinistas del mundo. En su repertorio, interpretó una melodía de Bach que podría calificarse como una de las piezas más complejas jamás escritas. El violín que había utilizado, era un Stradivarius valorado en 3,5 millones de dólares. Aquellas 1097 personas que pasaron por delante del violinista, habían escuchado una melodía extraordinaria, una música celestial, una obra de arte para los sentidos... pero tan sólo 7 personas se habían detenido a escuchar y apenas habían permanecido un minuto.

¿Percibimos la belleza si ésta se encuentra en un sitio común?
¿Somos capaces de reconocer el talento en un contexto inesperado?




"Volviendo de un pedaleo de muchas horas en los alrededores de San Pedro de Atacama, nos encontramos con este show en medio de las callejuelas,..."

miércoles, 13 de octubre de 2010

Hacia FISTERRE...



Décimo Junio Bruto, además de general y político romano. Fue un gran viajero. Nunca llegó a estar al nivel de los grandes de la historia, pero si logró en su currículum algunos hitos. El “Gallaecus” como fue llamado después, era un aristócrata de una importante familia, de la cual su hermano, es sindicado como uno de los tres fundadores del derecho civil romano. Fue educado en tradición militar, y con profundas enseñanzas en las artes y humanidades.

Este hombre fue el primero en trasladar legiones romanas para la conquista de los territorios del actual norte de Portugal y de España. Uno de los momentos culmines de sus travesías, ocurre con el mítico río Lethes, el río del Olvido (Río Limia en el actual Orense). Se decía que cruzar sus aguas, producía una amnesia total, que te hacía olvidar tu patria y tu identidad, condenándote a un eterno vagar sin rumbo. Para él en cambio, fue la demostración viva de su valentía y el encuentro con lo mejor de si mismo. El Gallaecus, enfrentando la leyenda al ver a sus tropas paralizadas por el miedo y tan lejos de sus territorios, decide cruzar solo sus aguas. Al llegar a la otra orilla, comienza a gritar los nombres de los soldados que se encontraban aun anonadados mirando su osadía, para que estos vieran que su lucidez estaba intacta, y podía recordarlos sin dificultad. A través de este acto, el ejército se enfrentó a esta leyenda, logrando llegar a territorios más lejanos e inexplorados que muchos otros en esos tiempos (Cerca del 130 A.C.)

POR UN LADO ESTA LA META...;

Fue este mismo hombre quien al llegar a una zona muy occidental de la península ibérica y sorprendido por la visión del sol escondiéndose en el mar, decide nombrar aquel lugar, como Finis terrae, el fin de la tierra. En una época en que se creía que la forma de la tierra era plana, la sorprendente imagen de la gran bola de fuego, desapareciendo en el horizonte, debe haber enmudecido sus legiones. ¿En quien habrán pensado en esos lejanos parajes? ¿En quien pensaremos la Fran y yo en ese lugar?

Aquel rincón de Europa, será nuestra meta. El fin del mundo. El fin de nuestra travesía y de la de muchos otros que tras largos VIAJES, encontraron en ese lugar el silencio liberador del fin del camino.

...POR EL OTRO, EL CAMINO...;

El camino de Santiago, también conocido como la ruta de las estrellas, por seguir la dirección de la vía láctea, es la ruta que muchos han seguido por un sueño, por respuestas, por aventura, por mística y espiritualidad; y la mayoría de los que lo recorren, tienen como fin último, Santiago de Compostela. Para otros, fisterre es el objetivo. Para nosotros esa vía Láctea es nuestro rumbo. Es el camino al infinito y a la inmortalidad del espíritu joven, del espíritu viajero, del espíritu soñador. La mitología maya veía en la vía Láctea, a una gran serpiente blanca que se deslizaba por el cielo y la azteca, encontraba en el sol, el águila que día tras día se devoraba a la serpiente. Nosotros en el fin del camino, veremos esa lucha, pero la serpiente será esta vez quien gane la batalla. No la serpiente del génesis, no la serpiente traidora, no la serpiente que te quita el oxigeno estrangulándote, sino aquella que tras una grave lesión en la rodilla, no claudicó y decidió llegar, aun que sea arrastrándose para alcanzar el infinito, para alcanzar un sueño.




"Ten confianza; no en sabios, aun que sean de verdad. Ni en alcaldes, curas ni policías. No en dioses ni diablos, ni en maquinas ni en banderas; ten confianza en ti mismo" Fernando Savater

domingo, 10 de octubre de 2010

Pinceladas de viajes...(fotos de algunos viajes)

Empezamos a empapelar este muro con los lugares que nos llevaron a amar el arte de viajar...

Los pasos que vamos dando apuntan donde queremos llegar. Los pasajes ya están en la mano y las ganas en el pecho...






" Alcanzar la cima de una montaña era algo tangible, inmutable, concreto. Los peligros del alpinismo daban a esa actitud un rigor de propósito del que carecía el resto de mi vida. Me emocionaba ante la mera perspectiva que suponia forzar constantemente una existencia por lo demás ordinaria"
Jon Krakauer; Mal de altura.

sábado, 9 de octubre de 2010

El cerro y la lesión...(¿donde parte todo?)





El ascenso por séptima vez al cerro provincia estaba cargado de misticismo. La música de la montaña, es el ruido del silencio. Es el tronar de las piedras en cada paso, y acercándose a la cumbre, el crujir de la nieve que se aprisiona entre sus membranas, minutos antes, libres por la virginidad del paisaje.

Mi cuerpo sudaba y pequeñas nauseas empañaban mi visión. Paso tras paso, los músculos se contraían, rasguñando con fuego los tendones. El viento helado, que siempre me pareció dulzón, se colaba entre las capas de la ropa cerca de los 3.000mts. de altura. Tras la falsa cumbre, ya a unos cientos de metros, podía divisarse la meta. El lugar que une a cientos de caminantes que antes habían pasado por acá. El cerro tiene el alma de aquellos osados que lo enfrentaron. Sus voces silban en el viento; sus dolores se esconden tras las rocas, y yo, me disfrazaba con sus espíritus. A pesar del frío, el cuerpo me quemaba por el esfuerzo. El caminar incesante del ritmo de una prueba de fondo, era la compañía en el “un dos” sin fin de subir los Andes.

Bien conocía esa sensación. Desde pequeño, las excursiones al cerro junto a mi padre y mis hermanos, llevando deliciosa comida para la merienda, eran parte del catálogo de sábados primaverales bajo el tibio sol y los picnic disfrutando el sonido del río refrescando la eternidad de los roqueríos. Silencios cómplices y conversaciones que pasaron a ser una droga, ocurrían una detrás de otra. La barra del mejor chocolate que todos añorábamos, mientras la transpiración empapaba nuestros atuendos, bien valía cualquier esfuerzo y llegar a la cumbre para nuestras pequeñas piernas, lo era. Cuando por fin llegaba el momento en que mi padre sacaba de su bolsillo el premio mayor, yo cerraba los ojos para que el sonido familiar del envoltorio acariciara mis poros, como quien prueba por primera vez el cacao perfecto para papilas esponjosas de aquella sensación. Se derretía en mi lengua de niño, aquel manjar, mientras me sentía inmortal, mientras el mundo estaba a mis pies, mientras casi podía tocar el cielo.

La primera vez que subí el cerro Provincia fue rondando los 14 años. Aquel majestuoso macizo siempre estuvo dentro de mis venas. Cada amanecer antes de ir al colegio, veía a través de la ventana, como el sol recostado en su contorno, se levantaba a una velocidad inusitada por la calma en medio del caos de una ciudad ajetreada y dominada por el pavimento. Al atardecer, su textura palpada por la frescura de las sombras, detenía el reloj, los quehaceres y en medio del ruido, me hacía sentir el líquido chocolatoso paseando por mi boca.

Tras la primera pena de amor, la falda del cerro alfombró mi pieza, no pudiendo negarme al escape. El gran Santiago, es una ciudad que crece y crece, pero que siempre topa con la gran cordillera, hecha solo para quienes puedan caminar en silencio.

Marchando la primera vez junto a mi amigo Christian, con el paso lento pero constante, sentiríamos el escalofrío de la fatiga, el respirar dificultoso después de algunas horas de andar y finalmente el grito desgarrador del desahogo. Desde esa primera vez, habíamos conservado la costumbre de que al llegar a la meta, con los brazos en alto de triunfo, perpetraríamos la hazaña con el alarido mas profundo que nuestras voces pudieran emitir. Una confesión al cerro que se perdía en la inmensidad. El grito guerrero del triunfo y el modo de lanzar nuestros dolores silenciosos al viento, que el entendía para si, que yo entendía para mi, y que el cerro acogía para nosotros.

Esa roca, la más alta, era la que ahora observaba en la séptima cumbre. A pocos pasos de ella, con la pequeña cruz de metal que asomaba como el recuerdo olvidado de la muerte que quedaba atrás, me paré en la cúspide, observé en mi mente todo aquello que saldría de mi boca como una ráfaga de pasado. Mi cuerpo se acalambró por el esfuerzo, por el cansancio, por el alivio. Luego vino el eco, mas tarde el silencio.

Me desplomé sobre las piedras, que en aquel momento, me parecieron un regazo de plumas. El cielo era mas azul de lo normal y mi respiración convulsionada, permitía que cada exhalación de aire, acomodara mis costillas con mayor pulcritud en esa cama ocre que fue construida a mano para mi cuerpo.

Mientras mis pulmones se refrescaban del aire más puro, el tiempo se detuvo en uno de los lugares donde los segundos apenas corren. El viento dejó de soplar y su canto empezó a rugir. Como en una catarsis de la naturaleza, las alas de aquel maravilloso ejemplar de cóndor, planearon a pocos metros de mi humanidad. Una epifanía que solo la inmensidad de la montaña te puede regalar. Un collar de oro blanco, y unos ojos perdidos en el infinito. El rey de las alturas, el viajero solitario. Una ráfaga indescriptible de libertad de aquel que mira desde las alturas. Me puse de pie para seguir con mi vista su vuelo y la armonía de sus movimientos. Recordé como hace algunos años, había rayado con ilusión una camiseta antes de un asenso, escribiendo; - “las piernas son mis alas”- Recién en el séptimo asenso lo entendía.

Algunas horas mas tarde, y después de comer mi trozo de chocolate, emprendí la bajada. Sólo diez pasos alcancé a dar cuando un pinchazo se clavó en lo mas profundo de mi rodilla. Un disparo en una de mis alas, un flechazo en mi articulación.



El inicio de un sueño...



A cinco meses de materializarse este gran sueño que con la Fran compartimos, le doy vida a este blog para transmitirle a familiares y amigos de la forma más eficiente, las experiencias que nos vayan moldeando en los 9 meses que va a durar nuestro VIAJE. Acompañaremos fotos y relatos, en los que trataré de manera humilde y abierta, mostrarles a través de nuestros ojos, el mundo que se nos irá abriendo.

Salimos con un alma de esponja, dispuestos a empaparnos de los diferentes colores y sabores que están alrededor del globo e ir dejando los prejuicios lo mas dormidos posible. Conocer nuestras limitaciones y virtudes, y sobre todo, aprender a medirnos frente a nosotros mismos, y no frente a los demás. Entender que la diversidad genera diferencias que en ciertos aspectos de la vida nos hacen ser mejor o peor y que aquellos en lo que somos débiles, pueden ser fortalecidos a través del esfuerzo y la capacidad de enfrentar los miedos. Desde que tomamos la decisión de salir a VIAJAR abandonando la comodidad de nuestros hogares y el cariño de las personas que nos otorgan felicidad infinita, estamos dando el primer paso para mirar cara a cara los temores y volver con historias para toda la vida, y mas comprometidos con nuestra felicidad. Por que sobrevivir es muy distinto a vivir, y vivir es muy diferente a hacerlo para ser felices, nos comprometemos con ese objetivo desde lo mas profundo del corazón.

"En el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte, es el escultor y el mármol, el médico y el paciente..." Erich Fromm